La nueva Yamaha R1 y su innovador propulsor derivado de MotoGP vuelve a marcar un antes y un después en el segmento de las motos más deportivas, igual que lo hiciera allá por 1998 cuando vio la luz por primera vez. Es por ello que entre las parejas de grandes deportivas (Suzuki GSX-R 1000 y 600, Honda CBR 1000 RR y 600, Kawasaki ZX-10R y 6R), la R1 y la R6 son las que encuentran mayores diferencias mecánicas y de comportamiento.

En esta confrontación entre hermanas, además hemos redescubierto a una Superbike, la R1, que si bien no ha rendido todo lo que se espera de ella en los circuitos, sí nos ha sorprendido gratamente en carretera. Aquí esos kilillos extra o algunos caballos de menos son mucho menos importantes, y sí lo son la extraordinaria estabilidad de su nuevo bastidor, la ausencia total de vibraciones y la nobleza con que entrega de potencia, convirtiéndola en la más accesible de su categoría.

También hemos vuelto a corroborar lo extrema que es la Yamaha R6, una fiera salvaje que infunde temor a sus rivales por motivos evidentes y excita al conductor con un sonido de admisión al abrir gas superlativo. Una supersport en esencia lista para correr que puedes usar por la calle.

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