Marc Márquez ha hecho historia. Este domingo, en el trazado de Cheste, se ha convertido en el piloto más joven de todos los tiempos en ganar el Mundial de MotoGP y lo ha logrado en una espléndido Gran Premio en el que los tres mejores pilotos del momento han brindado a los aficionados una carrera para enmarcar.

Arrancando desde la segunda posición, Jorge Lorenzo ganaba una plaza en la salida y se colocaba primero, seguido de Dani Pedrosa y de Márquez. En un intento de ralentizar el grupo y que se unieron más pilotos a éste, el mallorquín marcaba un ritmo lento que propiciaba que Bautista y Rossi se unieran también a la fiesta. Pedrosa, conocedor de la táctica del balear, intentaba superarle en sucesivos giros, pero el 99 muy hábil, se la devolvía una y otra vez. La prueba transcurría en medio de una calma tensa hasta que en la vuelta 10, el de Yamaha, en un maniobra arriesgada, ha tocado a Pedrosa y éste ha visto como su Honda se salía de la trazada.

Márquez ha aprovechado el embrollo para situarse en cabeza, aunque poco después ha sido rebasado por Lorenzo. El mallorquín, viendo que su estrategia no estaba dando resultado, ha decidido tirar fuerte para llevarse el triunfo y, a partir de ahí, la carrera no ha tenido más intríngulis. Lorenzo ampliaba su ventaja a medida que avanzaba la prueba, mientras que Marc seguía su estela con precaución, sin asumir demasiados riesgos. El 26, por su parte, remontaba desde la quinta plaza hasta la segunda, pasando a Rossi y Bautista y viendo como su compañero de equipo le invitaba a superarle en la vuelta 26.

Con el campeonato prácticamente en su bolsillo, Márquez ha tomado las últimas curvas con calma y ha cruzado la meta a siete segundos del ganador, proclamándose en ese instante Campeón del Mundo de MotoGP con tan solo 20 años.