La Preciosa área del Bages, en las inmediaciones de Barcelona, ha sido el escenario perfecto para la puesta de largo de la nueva Honda CB500X. Frondosas montañas, salpicadas de un verde primaveral iluminado por un acogedor sol, unido a kilómetros y kilómetros de reviradas y entretenidas carreteras, deleitaron nuestros sentidos a lomos de una sencilla, eficaz y económica moto funcional de estilo y estética «adventure sport». La CB500X llega para satisfacer a motoristas de todo tipo: los que vienen de cilindradas pequeñas y el mundo del scooter, los que disponen del A2 con potencia limitada a 35 kW, e incluso los que habiendo tenido motos mayores, buscan algo práctico y asequible, pero atractivo y con carácter, que les permita un económico uso diario y emocionantes escapadas de fin de semana. Así es esta pequeña Honda que se asemeja estéticamente a la conocida Crosstourer. Ella es, además, la tercera en llegar de una familia desarrollada por la marca del «ala dorada» con una base común, y que encuentra en las CBR500R, de aspecto y tacto más deportivo y con carenado completo, y la CB500F, que se suma a la filosofía naked, las otras dos alternativas.

Acogedora

Al tomar los mandos y comenzar a rodar, la primera impresión que proporciona es la de ser una moto tremendamente acogedora. El asiento es bajo y confortable, la posición de conducción erguida, con las piernas nada forzadas y el manillar ancho, y una cosa que es realmente interesante: te sientes perfectamente integrado en el conjunto. Todo está en su sitio, tiene una apariencia general sencilla, pero de calidad, y todo en ella infunde sensación de robustez y gran seguridad. A esto hay que sumar una suavidad general que anima ser utilizada en todo momento, o la correcta protección de su pequeño carenado que cuenta con una pequeña pantalla regulable en dos posiciones. Las suspensiones son de tacto agradable, los mandos intuitivos, el sencillo cuadro digital muy completo, las manetas se sitúan a una distancia perfecta, el embrague es suave y robusto al tiempo, la caja de cambios de seis velocidades está perfectamente escalonada, y el motor es en múltiples aspectos una delicia. Y es que a pesar de ser bicilíndrico en paralelo, a muy bajas vueltas ni vibra ni cocea, y ofrece una progresividad pasmosa. La conexión entre el acelerador y la respuesta del motor es casi intuitiva, y responde con soltura a cualquier régimen. Además, es tremendamente silencioso, casi imperceptible cuando circulas bajo de vueltas, y su consumo es extraordinariamente reducido. Se declaran 3,7 l a los 100 km, y a baja velocidad son muy verosímiles porque en nuestra ruta rondó los 4,5 l cada 100 km y doy fe de haberlo estrujado de lo lindo en la mayoría del recorrido. Aún con todo, no podemos olvidar que su potencia está situada en el límite de los 35 kW (48 CV) que le dan acceso a los poseedores del A2, con lo que sus prestaciones han de valorarse dentro de este contexto.

Multiusos

En ocasiones se hace cierto aquello de «el que mucho abarca, poco aprieta». Pues bien, esta Honda CB500X es un claro ejemplo de todo lo contrario. Los técnicos de Honda no han escatimado esfuerzo e ingenio para desarrollar una moto que, a pesar de sus sencillos componentes en determinadas áreas, disfrute de grandes cualidades, entre las que destacaríamos su sensación de ligereza y maniobrabilidad, que la hace desenvolverse de manera ideal ya sea en ambientes urbanos, lugar donde es capaz de dar la vuelta en un palmo, como en reviradas carretera de montaña. Y la primera clave que favorece estas impresiones ser encuentra precisamente en su propulsor bicilíndrico en paralelo refrigerado por agua. La configuración permite un excelente centrado de masas, y además es muy compacto y ligero gracias a la adopción de diferentes soluciones técnicas de la familia «RR» de la marca. Como, por ejemplo, la disposición triangular del cigüeñal, eje primario y eje secundario, o la caja de cambios, que usa la misma estructura para el mecanismo de brazo y articulación del cambio. También es igual el diámetro de los cilindros (como en la CBR600RR), la forma de los pistones (CBR1000RR), etc.

Prueba

La culata del motor se ancla por cuatro puntos al chasis tubular de acero, que por cierto, se esconde bajo unas tapas laterales discretas y perfectamente mimetizadas con el diseño general, complementándole en términos de rigidez, y confiriéndole un tacto realmente equilibrado. Difícilmente lo sacaremos de sus casillas salvo en conducción muy deportiva, siendo muy estable en cualquier tipo de curva, y predecible, caso de forzarle en exceso. Sin duda la óptima distribución de sus 195 kg declarados llena entre ambos ejes, también tiene que ver en este buen rendimiento.Completando el gran compromiso de su parte ciclo. La horquilla delantera de 41 mm, con 140 mm de recorrido y sin posibilidad de regulación, ofrece un rodar confortable y un buen tacto hidráulico, sintiendo correctamente la pisada del neumático delantero calzado sobre llanta de 17”. Detrás, el monoamortiguador Pro-Link, ajustable en nueve posiciones de precarga, también tiene un funcionamiento muy correcto. De notable alto es el de los frenos. Dotados de una gran potencia a través de su pinza de dos pisones y disco de 320 mm, cuentan con ABS de serie, y son además muy dosificables gracias a una sencilla y efectiva bomba convencional. Más que suficientes para las prestaciones desarrolladas por la moto.

A todo lo expuesto poco más que añadir en estos momentos. Estará disponible a partir de junio en tres diferentes decoraciones (blanca, roja y negra), y a un precio realmente atractivo, de 5.949 euros. Sin duda otro argumento a favor de esta bonita y funcional Honda CB500X.